En 1998, las conclusiones del profesor Robert Kraut sobre el impacto de Internet en los usuarios frecuentes descolocaron a gran parte de los especialistas en tecnología y sociedad. ¿Es posible que la red, una supuesta herramienta de conectividad y comunidad, haga sentir más aislados y solos a sus usuarios?, se preguntaron, entonces, los investigadores. Ahora, tres años después de su primer diagnóstico, y mucho antes de que sus colegas llegaran a consensuar una respuesta tajante, Kraut ha vuelto a sacudirlos: su nuevo estudio, aún inédito, contradice en más de un aspecto a su primera y polémica investigación. Ahora, Kraut informa que, luego de seguir durante tres años la evolución de los sujetos evaluados en el muestreo inicial, está en condiciones de afirmar que los síntomas de depresión disminuyeron y que la soledad ya no parece estar tan significativamente asociada al uso de Internet. "Finalmente, llegamos a la conclusión de que los efectos negativos se habían disipado", puntualizaron Kraut y su equipo en las conclusiones del trabajo que será publicado en la próxima edición del Journal of Social Issues. Aunque aún falta conocer muchos datos, los primeros resultados de la nueva investigación ya están siendo debatidos entre los estudiosos del impacto social de Internet. Muchos académicos están ansiosos por examinar cuidadosamente la información, que este mes estará disponible en el sitio de la Carnegie Mellon University. Sobre todo, teniendo en cuenta que se inscribe en las líneas dominantes de lo que John P. Robinson, un científico social de la Universidad de Maryland, defin
lunes, 2 de junio de 2008
La internet y la soledad
Internet ya no está asociada a la depresión y la soledad.
En 1998, las conclusiones del profesor Robert Kraut sobre el impacto de Internet en los usuarios frecuentes descolocaron a gran parte de los especialistas en tecnología y sociedad. ¿Es posible que la red, una supuesta herramienta de conectividad y comunidad, haga sentir más aislados y solos a sus usuarios?, se preguntaron, entonces, los investigadores. Ahora, tres años después de su primer diagnóstico, y mucho antes de que sus colegas llegaran a consensuar una respuesta tajante, Kraut ha vuelto a sacudirlos: su nuevo estudio, aún inédito, contradice en más de un aspecto a su primera y polémica investigación. Ahora, Kraut informa que, luego de seguir durante tres años la evolución de los sujetos evaluados en el muestreo inicial, está en condiciones de afirmar que los síntomas de depresión disminuyeron y que la soledad ya no parece estar tan significativamente asociada al uso de Internet. "Finalmente, llegamos a la conclusión de que los efectos negativos se habían disipado", puntualizaron Kraut y su equipo en las conclusiones del trabajo que será publicado en la próxima edición del Journal of Social Issues. Aunque aún falta conocer muchos datos, los primeros resultados de la nueva investigación ya están siendo debatidos entre los estudiosos del impacto social de Internet. Muchos académicos están ansiosos por examinar cuidadosamente la información, que este mes estará disponible en el sitio de la Carnegie Mellon University. Sobre todo, teniendo en cuenta que se inscribe en las líneas dominantes de lo que John P. Robinson, un científico social de la Universidad de Maryland, define como "la avalancha de datos que está refutando las teorías sobre el impacto negativo de Internet". El primer estudio del doctor Kraut no fue el único que consignó los suspuestos efectos nocivos del uso de la red. A comienzos del año 2000, Norman H. Nie, director del Stanford Institute for the Quantitative Study of Society, y Lutz Erbring, una científica social de la Free University of Berlín también aportaron y sostuvieron datos orientados en ese sentido. El estudio de Stanford, que también alcanzó gran repercusión en los medios, preguntó a los usuarios de Internet si sus interacciones con amigos y familiares habían aumentado, disminuído o si se habían mantenido intactas tras la llegada de red a sus vidas.
Hace tres años, el profesor Robert Kraut, de la Carnegie Mellon University de los EE.UU., publicó un trabajo sobre el impacto social de Internet. Según su evaluación, muchos usuarios frecuentes sufrían de soledad y depresión y decían que sus redes sociales se habían reducido. Sin embargo, ahora, un nuevo estudio del mismo investigador, y una nueva y larga serie de evaluaciones del mismo tema, sostienen todo lo contrario.
En 1998, las conclusiones del profesor Robert Kraut sobre el impacto de Internet en los usuarios frecuentes descolocaron a gran parte de los especialistas en tecnología y sociedad. ¿Es posible que la red, una supuesta herramienta de conectividad y comunidad, haga sentir más aislados y solos a sus usuarios?, se preguntaron, entonces, los investigadores. Ahora, tres años después de su primer diagnóstico, y mucho antes de que sus colegas llegaran a consensuar una respuesta tajante, Kraut ha vuelto a sacudirlos: su nuevo estudio, aún inédito, contradice en más de un aspecto a su primera y polémica investigación. Ahora, Kraut informa que, luego de seguir durante tres años la evolución de los sujetos evaluados en el muestreo inicial, está en condiciones de afirmar que los síntomas de depresión disminuyeron y que la soledad ya no parece estar tan significativamente asociada al uso de Internet. "Finalmente, llegamos a la conclusión de que los efectos negativos se habían disipado", puntualizaron Kraut y su equipo en las conclusiones del trabajo que será publicado en la próxima edición del Journal of Social Issues. Aunque aún falta conocer muchos datos, los primeros resultados de la nueva investigación ya están siendo debatidos entre los estudiosos del impacto social de Internet. Muchos académicos están ansiosos por examinar cuidadosamente la información, que este mes estará disponible en el sitio de la Carnegie Mellon University. Sobre todo, teniendo en cuenta que se inscribe en las líneas dominantes de lo que John P. Robinson, un científico social de la Universidad de Maryland, defin
El 13% de ellos dijo que, desde entonces, pasaba menos tiempo con su familia y amigos, dato que llevó a Nie a declarar que "cuanto más tiempo online pasa la gente, más contacto pierde con su entorno social". Según algunos, el trabajo inicial de la Carnegie Mellon, que siguió el comportamiento de 93 familias de Pittsburgh, EE.UU., era "demasiado pequeño y demasiado local" como para extrapolarlo a generalizaciones más amplias. Sin embargo, Kraut fue elogiado por haber dado a conocer el primer estudio que analizaba distintos momentos en la vida de las mismas personas, un método que permite a casi cualquier investigador extraer conclusiones más acertadas sobre las causas y efectos de casi cualquier objeto de análisis. En cambio, el estudio de Stanford, que evaluó a los integrantes de más de 2.600 hogares de todos los EE.UU., se centró más en el análisis del doctor Nie, a pesar de que del trabajo de campo se desprendía que el 85% de los participantes no manifestaba ningún cambio de hábitos vinculado a sus actividades online. Finalmente, en mayo de 2000, poco después de la publicación de Nie, el Pew Internet and American Life Project en Washington ofreció el primer indicio de que Internet podría no estar provocando "ninguna clase de aislamiento" y que, incluso, estaba teniendo un "impacto positivo" en el aspecto social de sus usuarios, al facilitar la conexión entre amigos y familiares. El informe del Pew Project generó la sensación de que se estaban formando dos bandos opuestos: el de los investigadores que apoyaban la teoría aislacionista y el de los que respaldaban la idea de que Internet estimula la comunicación. Sin embargo, hoy, ambas visiones resultan simplistas. En los últimos años, el Pew Project y las universidades de Maryland, Toronto y California sumaron muchos nuevos datos que, aliados al nuevo estudio del profesor Kraut, están ayudando a los investigadores a generar un panorama más completo y detallado del efecto social de la red. Según surge de estos nuevos trabajos, un pequeño porcentaje de personas han pasado menos tiempo con su familia y sus amigos por culpa de Internet, pero la gran mayoría de los usuarios que participaron en las investigaciones no mencionaron ningún efecto negativo vinculado a su vida online. Incluso, el nuevo estudio de Carnegie Mellon sugiere que la Internet parece estar dando a la gente solitaria la posibilidad de ser más sociable, tanto online como offline. Lo verdaderamente llamativo de la ola positivista sobre el impacto social de Internet es que el escéptico (y, en algún sentido, fatalista) doctor Nie, también parece haber suavizado su análisis.
En el borrador de un documento académico que publicará en noviembre escribió que en su investigación original "el rol positivo del e-mail" había sido "absolutamente subestimado". El doctor Kraut, en cambio, no piensa que se haya equivocado, sino que el cambio en los datos y pareceres está vinculado al hecho de que, "hoy, Internet es mucho mejor que en 1995" (cuando muchas de las personas a las que encuestó para su sondeo inicial no tenían ni amigos ni familiares online). Para él, el vuelco de muchos de sus colegas al estudio del impacto social de Internet también es favorable, porque la generación de datos se multiplica y, entonces, los fenómenos se detectan antes y se pueden estudiar mejor. Sin embargo, por experiencia, Kraut declaró que se va a abstener de formular más generalizaciones hasta que no haya más información disponibles sobre el impacto social de Internet: "Creo que, por el momento, aún no existe una respuesta definitiva", admitió.
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